Hoy he encontrado esta noticia y creo que vale la pena compartirla, ya que un adolescente de 16 años nos demuestra que la edad no es tan importante como la lucha por conseguir tus objetivos y aunque las farmaceuticas le dieron la espalda con su descubrimiento, consiguió que una universidad se haga cargo de su revolucionario descubrimiento. Os dejo la noticia:
Quiero hacerme eco de una magnífica
noticia, de esas que no son habituales en los informativos, pero que nos
marcan no sólo por el alcance que tienen, sino porque ayudan a
reconciliar a todo el mundo con las nuevas tecnologías y con el día a
día de los menores en general.
Los medios de comunicación reproducen
habitualmente noticias sobre jóvenes, pero con demasiada frecuencia en
relación al botellón, los accidentes de tráfico y situaciones por el
estilo. Las noticias sobre las nuevas tecnologías tampoco suelen ser muy
positivas, y menos si hay menores de por medio. Pero, esta información
que acaba de llegar a nosotros, es sencillamente magnífica. Pone de
manifiesto lo que puede conseguirse gracias a la información que
internet ha puesto al alcance de todos nosotros. Gracias a esa
información, muchas veces dispersa, difícil de contrastar en ocasiones y
todo lo que queramos, un menor de edad ha conseguido algo que nos llena
de alegría. Personalmente no entiendo como este tipo de noticias no
abre todos los informativos de todas las cadenas, ni ocupa páginas en
los periódicos.
Me refiero a lo que ha logado un
estudiante estadounidense de 16 años de edad: JACK ANDRAKA. Este joven
perdió a un familiar como consecuencia de la acción de un cáncer de
páncreas. Lejos de asumir la situación como algo inevitable contra lo
que no se puede luchar, y menos con 16 años, se dedicó durante tres años
a investigar en internet. Con información que fue encontrando en
Wikipedia y a través de Google, Jack estudió los miles de proteínas que
se encuentran en la sangre. Hasta que descubrió que una de ellas: la
mesotelina, se dispara en etapas tempranas del desarrollo de un cáncer
de páncreas. Gracias a ella ha descubierto una manera rápida, simple,
efectiva y muy económica, de detectar esta enfermedad mortal en un
momento de su desarrollo en el que puede ser tratada con éxito.
Su invento “detecta una de las miles de
proteínas (la mesotelina) que hay en la sangre de los enfermos de
cáncer. La mecánica es utilizar anticuerpos y entretejerlos en una red
de nanotubos de carbono, de modo que se obtiene un marcador que
únicamente reacciona ante dicha proteína”, explicó el propio adolescente
al presentarse en el Festival de Mentes Brillantes.
Así pues, ha ideado un sensor de papel,
que cuesta 3 centavos la unidad, y que es capaz de detectar en cinco
minutos tres tipos de cáncer: el de páncreas, el de ovario y el de
pulmón. Su método es 26 mil veces más barato que otros, 168 veces más rápido, y 400 veces más sensible que los actuales. Y además no es invasivo.
Lo que resulta tremendamente
descorazonador de esta noticia, es que el joven Jack tuvo que enviar
solicitudes a 200 laboratorios para que le ayudarán con su idea… Y sólo
uno de ellos le prestó la atención necesaria: la Universidad Johns Hopkins.
Su descubrimiento le ha llevado ya a ganar el premio Gordon E. Moore en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería de Intel, y el Premio Smithsoniano al Ingenio Estadounidense, y ahora es el orador más joven de la Real Sociedad de Medicina en Estados Unidos.
La relación diaria de los menores con
las TIC está llena de buenas experiencias, y puede llegar a generar
noticias como esta, unas más discretas y otras más llamativas, pero
absolutamente reales. La acción de jóvenes motivados, unida a las
posibilidades que ofrece la red, nos depara muchas sorpresas..
No hay comentarios:
Publicar un comentario